1.1 Introducción sobre espíritu empresarial

Basado en el libro de Volkmann, Tokarski y Grünhagen de “Principios básicos del espíritu empresarial. Entrepreneurship in a European Perspective” (2010), el espíritu empresarial es la capacidad de desarrollar, organizar, poner en marcha y dirigir una nueva empresa comercial con el fin de obtener beneficios teniendo en cuenta las incertidumbres o los riesgos que puedan surgir. Se considera el proceso por el cual los individuos o un grupo de individuos (empresarios) explotan una oportunidad comercial, ya sea introduciendo un nuevo producto o proceso en el mercado, o mejorando sustancialmente un bien, servicio o método de producción existente. Según Casson (2003), la definición de “Emprendedor/a” consiste en una derivación inglesa de la palabra francesa ‘entreprendre’ que significa emprender y se refiere a un individuo que crea un nuevo negocio. En otras palabras, un emprendedor es comúnmente visto como un innovador, una fuente de generación de nuevas ideas, bienes, servicios y procedimientos con el fin de liderar una aventura empresarial y obtener el máximo beneficio.  La empresa formada por un empresario o un grupo de empresarios que sirve para coordinar el proceso de emprendimiento bajo una estructura de propiedad común se conoce como Start-up. El empresario es una parte integral de la operación, que construye y despliega las demás funciones de las operaciones, es decir, la mano de obra, la tierra y el capital, y que más adelante se convierte en empresaria.

Según Investopedia, para un empresario es importante crear un plan de negocio, contratar empleados, adquirir recursos y financiación, y proporcionar liderazgo y gestión a la empresa. Más concretamente, un plan de negocio se considera un documento importante utilizado para atraer inversiones antes de que una empresa haya establecido un historial consolidado. El desarrollo de un plan de negocios define la forma en que las empresas se mantienen en el camino hacia el futuro, ya que están destinados a ser revisados y actualizados periódicamente para examinar si los objetivos del negocio se han cumplido o han cambiado y evolucionado. A veces, se crea un nuevo plan de negocio para una empresa ya establecida que ha decidido avanzar en una nueva dirección.